11/29/2011

No estemos muertos en vida

¿ Tengo motivos para resucitar?...

Hay personas que cuando se acercan al tema de la muerte lo hacen para desesperanzarse, para destrozarse o para sumergirse en una fuerte depresión. Los muertos son aquellas personas que han dejado de creer y de tener esperanza. Las personas que han tirado la toalla con suma facilidad. Estar muertos es no ser feliz, es dejar que el amor muera y que gane la batalla la soledad, la cobardía, la indiferencia...
Son muchas las razones que hacen que una persona pierda las ganas de vivir. Hay gente que ante los graves problemas que viven lo que quieren es morirse. Siempre me he dicho ante las dificultades que lo que tengo que hacer es luchar para superarlas.
Llama mucho la atención el ver personas presas de la soledad, del desánimo y del desaliento, el ver cómo sufren día tras días. Se estancan, no se mueven ni exteriores ni interiormente, y se quejan porque no son felices...De nada sirve el quedarse estancado sin hacer nada sino estar todo el día lamentándose.
Hay que luchar por lo que se quiere, hay que sacrificarse por lo que uno desea. El sufrimiento de muchas personas se podría evitar o aminorar si tuviesen la capacidad de cambiar, de levantarse y volver de nuevo a la vida. Pero no, están lamentándose constantemente de su pasado, presente y futuro...
Morir es dejar que las distintas formas de muerte presentes en el mundo nos ganen terreno interior. La resurrección comienza ya aquí en esta tierra en las personas que son valientes, en los que son capaces de ver sus errores y miserias, en los que saben que el amor tiene el poder inmenso de cicatrizar el pasado y restaurar las limitaciones del presente.
Tengo un conocido que me dice que no me fío de él; y en parte es verdad. Le digo que cómo me voy a fiar de una persona que es partidario de que una madre pueda abortar al hijo que lleva en sus entrañas.... Cómo voy a confiar en una persona que es partidaria de que los enfermos más graves y los viejos sean exterminados...
Cómo me voy a fiar de una persona que dentro de sus planes entra incluso la autoeliminación suicida como expresión de su libertad... No, no son los muertos los que en dulce calma la paz disfrutan de la tumba fría; muertos son los que tienen muerta el alma y viven todavía.
No son los muertos, no, los que reciben rayos de luz en sus despojos yertos; los que mueren con honra son los vivos, los que viven sin honra son los muertos. La vida no es la que vivimos, la vida es el honor, es el recuerdo, por eso hay muertos que en el mundo viven y hombres que viven en el mundo, muertos.
Es en la generosidad donde el hombre es feliz, y es en el egoísmo en donde el hombre es auténticamente desgraciado. Aunque a veces la generosidad nos cueste y nos sea difícil; aunque a veces el ser generosos signifique el sacrificarnos, es ahí donde vamos a ser felices, porque sólo da una espiga el grano de trigo que cae en la tierra y se pudre, se sacrifica, mientras que el grano de trigo que se guarda en un arcón acaba estropeándose, se lo acaban comiendo los animales o echándose a perder.
Cada uno de nosotros es un grano de trigo. Reflexionemos y preguntémonos: ¿Quiero echarme a perder o dar frutos? Y recordemos que sólo hay dos tipos de personas en esta vida: los que quieren echarse a perder y se guardan para sí mismos en el egoísmo; o los que entregándose, acaban por dar fruto.

Tengo más motivos para resucitar que para estar en la muerte, ¿Y tú...?

No hay comentarios: