8/29/2012

Si tú y yo hacemos algo por quienes tenemos más cerca, este mundo será mejor.

Parecería que en la actualidad está de moda permanecer en la ambigüedad y tener prendidas dos velas. Lo hemos visto en la política, lo contemplamos con los amigos, lo sentimos en las decisiones… Nos cuesta mucho tomar una decisión y asumir las consecuencias. Para muchas personas están terminando las vacaciones de verano;...sin embargo, muchísimas otras nunca descansan y no tienen recursos para pasear y conocer otros lugares, ni siquiera de su propio municipio, región o provincia; si no trabajan diariamente, no tienen con qué comer. ¿Por qué este contraste?

¿Qué podemos hacer tú y yo? A veces nos quedamos en una indiferencia pasiva, como si nada pasara, o nada pudiéramos hacer. Pero, si no podemos revertir todo un desorden institucional y estructural de los sistemas políticos, económicos y sociales, sí podemos y debemos tratar a los pobres con la dignidad que se merecen, sin desprecios ni olvidos, sin racismos inhumanos. Ellos valoran que se les respete, que se les tome en cuenta, que se les trate con atención y delicadeza, más que les regalen dinero o cosas. Podemos también compartirles algo de lo que tenemos, pues si todos compartimos algo, alcanza y sobra para los que no tienen.

Son necesarias las críticas y denuncias al sistema que se nos ha impuesto, pero no nos quedemos en eso. Cada quien veamos qué podemos hacer por los prójimos más próximos.

Que los legisladores y gobernantes de Europa se planteen qué pueden hacer por los pobres, qué nuevas leyes y acciones pueden implantar, cómo pueden revertir el desorden que provoca tantos recortes. Que no sólo diseñen estrategias para ahorrar y más ahorrar, sino que desgasten sus capacidades en construir una sociedad más justa y fraterna.