11/24/2011

Debemos tener y transmitir paz

Uno de los gestos más significativos que hacemos en la Eucaristía antes de recibir la comunión es el darnos la paz. La paz como gesto y como deseo. La paz que tenemos la entregamos al otro y por ello nos acercamos y nos saludamos con cariño. La paz es un regalo, pero no una armonía en un mundo donde la guerra y los conflictos no estén presentes. Por desgracia las violencias humanas están aún presentes en nuestra debilitada humanidad.
Es la paz consigo mismo que no provoca ni guerras interiores ni exteriores. Muchas personas están en guerra interna contra sí mismos y por ello su forma de relacionarse con los demás y con la realidad externa, siempre es al ataque, a la defensiva. Nuestras vidas pacificadas en el amor, nos da amor con paz y paz con amor.
Los organismos internacionales hacen serios esfuerzos por conseguir la paz en el mundo y en las estructuras sociales, pero siempre tenemos la impresión que no se consiguen las metas propuestas. Algo falla por algún lado. Lo que no termina de conseguirse es la paz de los corazones. Una persona que vive en paz interior nunca perderá el profundo sentimiento de misericordia hacia los demás y no provocará dolor ni a los de cerca ni a los de lejos.
Oímos con mucha frecuencia la Palabra pero el reto está en hacerla vida en nuestra vida. No es fácil vivirla porque tiene que partir del corazón humano en dirección hacia la familia y hacia los demás. Muchas veces nuestro corazón está lleno de tristezas, amarguras, miedos, traumas... de todo menos de amor con paz y de paz con amor...
¡¡Cuántos familiares nuestros hay miedosos y con falta de paz interior!! Hay hermanos y hermanas a los que la vida les abruma y entristece, les quita la paz interior y viven angustiados. Buena señal será recordar estas palabras: "Te dejo mi paz". En medio de las tormentas de la vida recordar esta frase una y otra vez nos llevará a preguntarnos sobre nuestra confianza en la familia.
Cada miembro de la familia tendrá la misión de mantener la paz durante toda su vida y transmitir esa paz que viene de dentro a los demás. No te desesperes cuando todo en tu vida vaya mal o regular. No dejes que los problemas hundan tu vida; deja que tu vida hunda los problemas.

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