11/16/2011

No debemos separar fe y justicia.

“Cuando doy de comer a los pobres me llaman santo, pero cuando pregunto por qué hay tantos pobres, me llaman comunista.”
En torno a la mesa se pueden hacer confidencias sobre los miedos, sobre los sueños, sobre las esperanzas. El dinero, el poder, las venganzas, no son el camino más fácil para ser justos.
Hace poco una entidad bancaria que estaba fallando recibió miles de millones de Euros del gobierno Español. ¡En lugar de cubrir todas las deudas los líderes de la compañía se pagaron a sí mismos aguinaldos! A los codiciosos, los que desean impartir justicia, instan que se preocupen por las necesidades de los pobres.
“Si eres juez, no hagas injusticias, ni en favor del pobre ni del rico. Con justicia juzgarás a tu prójimo”. “Los jueces examinarán minuciosamente, y si resulta que el testigo ha dicho una mentira, acusando falsamente a su hermano, le impondrán a él la pena que pretendía imponer a su hermano. Así arrancarás el mal de en medio de ti, porque los demás al saberlo temerán y no cometerán cosas semejantes”.




“Los que hacen condenar a otro porque saben hablar y les meten trampas a los jueces a la puerta de la ciudad, y niegan, por una coma, el derecho del bueno” .
“¡Ay de ustedes, que transforman las leyes en algo tan amargo como la hiel y tiran por el suelo la justicia!
Ustedes odian al que defiende lo justo en el tribunal y aborrecen a todo el que dice la verdad” “Yo sé que son muchos sus crímenes y enormes sus pecados, opresores de la gente buena, que exigen dinero anticipado y hacen perder su juicio al pobre en los tribunales”.




“¿Galopan por las rocas los caballos o se ara el mar con bueyes, para que ustedes cambien en veneno el derecho o en ajenjo las sentencias del tribunal? . “Los creyentes han desaparecido del país, y entre sus habitantes no se encuentra ni siquiera un hombre justo. Sus manos son buenas para hacer el mal: el príncipe es exigente; el juez se deja comprar; el poderoso decide lo que le conviene.
Su bondad es como cardo, su honradez peor que una hilera de espinos”. “Cuando se haya terminado la opresión, haya desaparecido el tirano, y se hayan alejado los que aplastan el país, entonces, el trono tendrá como base la dulzura y en él se sentará con confianza, bajo la carpa de David, un juez amante del derecho, y dispuesto a hacer justicia”.
“El Señor es un juez que no toma en cuenta la condición de las personas; él no se deja influenciar por la situación del que perjudica al pobre…; no desoye la súplica del huérfano ni de la viuda cuando cuenta sus penurias”. “¿Hasta cuándo serán jueces injustos, que sólo favorecen al impío?
Denle el favor al huérfano y al débil, hagan justicia al pobre y al que sufre, libren al indigente y al humilde, sálvenlos de las manos del impío”. “Son los ricos quienes los aplastan a ustedes y los arrastran ante los tribunales”. Por consiguiente, todos los que pretendemos creer en el amor con sinceridad, de ninguna manera debemos separar fe y justicia.
La fe en el amor verdadero lleva siempre a la justicia, a todos sus niveles. Una fe que lleve a cometer y justificar injusticias no es sino mera idolatría. Maldito el que tuerce la justicia; maldito de Dios y maldito del pueblo. Dios quiere “que la justicia sea tan corriente como el agua, y que la honradez crezca como un torrente inagotable

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