12/31/2011

¿Que pasa en el corazón del Hombre?

Así, mientras unos sufren y se desgarran, otros se hartan de fiesta y de ruido con pretexto de las fiestas de Navidad y Año Nuevo… Olvidado por unos y despreciado por otros queda el Belén con su propuesta de vida, su ofrecimiento de reconciliación y el único camino que nos conducirá a la verdadera paz. La imagen de Belén trae nuevas esperanzas y oportunidades para la construcción de un nuevo mundo posible.
Uno a uno se ha ido deshojando los días del calendario. Uno a uno los hemos gastado y desgastado hasta terminar en recuerdos, dolores y alegrías. ¿Qué nos deja el año que se va? He escuchado voces que pedían ya terminara como si el cambio de calendario pudiera traer cosas diferentes. He escuchado a otros que quisieran detener el tiempo por el temor a lo desconocido y a las cosas que vendrán. ¿Qué me deja el año que termina? Miro hacia atrás y contemplo la sucesión de los días como en un torbellino y me detengo a revisar qué viví como importante, qué me ha dejado huecos y vacíos, cuántas cosas pude hacer que me trajeron alegría, cuántas cosas se quedaron en el baúl de los deseos y de las buenas intenciones…
Hubo momentos de soledad, de dolor y sufrimiento, es cierto; pero también hubo momentos de comprensión, de cariño, de trabajo, de éxitos y de alegrías… Es la vida vivida a plenitud, es la vida que se nos regala. Me duelen las ausencias de los seres queridos que se han ido y me han dejado recuerdos llenos de nostalgia y vacíos imposibles de llenar; me duelen las enfermedades propias y ajenas que prueban nuestra fe y nuestra fortaleza, que minan nuestras seguridades y que nos hacen comprender lo frágiles que somos. Me duele la violencia, el hambre, la muerte y la corrupción.
Hoy al inicio del año comprometámonos en serio en la construcción de un mundo sin violencia. Revisemos nuestros espacios y desterremos toda violencia familiar, institucional y discriminatoria.

La Justicia debe ser “Justa”.

El que la justicia sea lenta es uno de los mayores atentados a la democracia. En España la justicia es lenta. Es lenta para proteger los derechos y libertades de los ciudadanos. Es lento el Tribunal Supremo para resolver recursos. Es lenta, sí, y eso ya no es justicia.
Pero la “Justicia” no es lenta cuando se trata de desahuciar a miles de familias de sus hogares, por no poder pagar sus hipotecas, cosa que resulta bastante paradójico, si para otros asuntos, la “Justicia” es lenta ¿Por qué tan rápida para dejar en la calle a familias enteras? Solo por el hecho de haberse quedado sin trabajo y no poder hacer frente a una hipoteca.
¿La “Justicia” es lenta para unos asuntos y para otros es rápida? ¿Por qué? ¿Quién o qué acelera o ralentiza a la “Justicia”? Miles de familias, han perdido sus viviendas. El crecimiento de los desahucios es impresionante y se sigue especulando a través de los grandes intereses que existen alrededor de estas casas, donde los fondos de inversiones norteamericanas e inglesas adquieren gran cantidad de casas embargadas.
Después del boom inmobiliario y financiero nos encontramos con gente que no puede responder a las hipotecas de sus casas y que son embargadas por las entidades financieras.
Hemos pasado de una economía basada en el ladrillo como único tejido productivo a una economía de subsistencia, en la que la banca sigue obteniendo beneficios y en la que muchos autónomos, hechos de la noche a la mañana, se encuentran en quiebra o en concurso de acreedores

Pongámonos en manos de Dios

(Carta abierta a un amigo, que pasa por un mal momento de su vida)
Todo iba perfecto, parecía que el arcoíris se dejaba ver, el sol resplandecía sobre tu vida de una manera única, no había nada que pudiera quitar de tu corazón esa emoción de ver que todo caminaba de forma recta y casi perfecta. Hasta que llego esa noticia, no lo esperabas, ni siquiera te imaginabas que podía ser, pero esa noticia vino y te bajo de la cima, hizo que completamente te derrumbaras en tu animo, ahora todo ha cambiado, parece como que si no tuvieras fuerza, tu animo al hablar a cambiado, tu voz no es la misma, se puede sentir el momento duro que estas experimentando en tu tono de voz.
Quisieras hacer algo, quisieras que las cosas fueran de otra forma y que esa noticia que recibiste jamás hubiera llegado. Hay un dolor de cabeza que se apoderado de ti, no tienes pensamientos para otra cosa, eso te ha robado totalmente la atención.
Sinceramente, no quisieras sentir esto, quisieras hacer algo para dejarlo de sentir, pero no puedes evitar que este allí y que te haya afectado de esta manera. ¿Qué podemos hacer? ¿Hay algo, que yo, que pudiera hacer?

“…Mi amigo, te aconsejo que pongas en manos de Dios todo lo que te preocupa; ¡él te dará su apoyo! ¡Dios nunca deja fracasar a los que lo obedecen! ¡Por eso siempre confío en él!”

12/26/2011

No avale nunca ¡Es una trampa!

Cuidado con las deudas, y no sirva de garante, ni avalista. "El rico se hace dueño de los pobres y el que toma prestado se hace siervo del que presta." Cuando usted toma un préstamo, usted se hace siervo de la persona o la institución a la que le debe. Hasta que usted no paga, usted pasa parte de su tiempo, todos los días, trabajando para pagarle al prestamista en vez de disfrutar de su vida.
¿Y qué de las Tarjetas de crédito? Las tarjetas de créditos no son malas; pero asegúrese de usarlas como una conveniencia, no como una alternativa a sus ahorros. Es mejor usar una tarjeta de débito que una tarjeta de crédito, ya que la tarjeta de débito es como pagar con efectivo.
El dinero sale de sus ahorros o de su cuenta corriente. Siempre pague las tarjetas de crédito totalmente cada mes para que no termine pagando onerosos intereses. Una mentalidad de deudas le convencerá de comprar vehículos recreativos, televisores, vacaciones, comidas en restaurantes, etc. usando crédito.
En general, es mejor esperar y ahorrar para comprar lo que se necesita en efectivo, que desesperarse y usar el crédito. "No seas de aquellos que se comprometen, de los que salen fiadores de deudas ajenas. Si luego no tienes con qué pagar, ¿por qué habrán de quitar tu cama de debajo de ti?" ¡Qué trágico sería que usted perdiera algo de vital importancia para su familia porque usted firmó como garante de alguien más.
El principio espiritual involucrado es que usted no debe nunca asumir la responsabilidad por algo sobre lo que usted no tiene ninguna autoridad. ¡No lo haga! Es mejor ser fiel con lo que ya usted tiene que involucrarse en el más reciente esquema para enriquecerse fácil y rápidamente. Además, si algo parece demasiado bueno para ser cierto, probablemente es porque no lo sea. No hay mayor insulto para sí mismo que apostar su dinero. Usted ha invertido su tiempo y su vida para obtener lo que tiene, ¿Por qué apostarlo sabiendo que podría perderlo todo?

“En la casa del justo hay gran abundancia; en las ganancias del malvado, grandes problemas."

12/22/2011

No le des pescado; enséñale a pescar

No nos es extraño escuchar hablar de un pobre que pasa hambre. Nuestra sociedad se ha acostumbrado a oír hablar de pobreza, de gente que no tiene dónde dormir ni qué comer… Hemos escuchado ya tanto, que nada nos impacta. Sin embargo, conviene que nos pongamos en la piel de estas personas, que tienen un rostro, un nombre, que, al igual que nosotros, son hijos amados de Dios. “Bienaventurados los pobres…” ¿no te has preguntado nunca por qué? ¿Qué tiene la pobreza que hasta el mismo Dios eligió nacer pobre? Aquellos que no poseen nada, tienen el corazón libre.
A lo largo de la historia ha habido mujeres y hombres que se han sentido atraídos a vivir desde la pobreza y con los pobres. Acabar con el hambre supone, como condición previa, que se produzcan suficientes alimentos y que éstos estén disponibles para todos. Sin embargo, cultivar alimentos en cantidades adecuadas no asegura la erradicación del hambre. Es preciso garantizar el acceso de toda la población, en todo momento, a alimentos nutritivos e inocuos, en cantidad suficiente para llevar una vida activa y sana.
Se necesitan mayores esfuerzos en todo el mundo para garantizar la seguridad alimentaria y así erradicar el hambre y la malnutrición, junto con sus terribles consecuencias, entre las generaciones actuales y futuras. La contribución de cada uno de nosotros es absolutamente necesaria para garantizar el derecho fundamental de todos los seres humanos a vivir en un mundo libre del hambre. Ninguna persona que no haya sufrido hambre en su vida, puede tener una idea aproximada.
El hambre no se puede intelectualizar: hay que vivirlo, solo así se puede tener una idea de lo que significa. El hambre transforma al ser humano en un animal y, como animal, matará para alimentarse. Así de simple y así de terrible. El hambre es uno de los grandes males de este mundo, pero es una deuda que tiene que ver con el hombre para con su especie: el alimento existe, pero está mal repartido! El que no sufrió el hambre, jamás podrá entenderlo y es por eso que se ha acuñado una frase, bastante hipócrita, que dice “no le des pescado; enséñale a pescar”.
Queda bien repetirla, es un juego de palabras al que se le puede adjudicar algo de ingenio, pero le falta algo que tiene que ver con la ignorancia del que no vivió el hambre: Nadie puede aprender con el estómago vacío, por lo que la frase se debería completar con: ......serena su mente con alimento y después, enséñale a pescar”.
Los alimentos existen pero mal repartidos, como todo en este mundo, los alimentos tienen dueño. Pero ocurre que la mayoría de esos dueños, no están dispuestos a compartirlos, a pesar de que, si bien la generación de alimentos requiere esfuerzos financieros y de trabajo.
El problema está planteado y es de esperar que los políticos del mundo, sean capaces de asumir este desafío en la escala y dimensión que corresponde. Para llevar una vida sana y activa necesitamos disponer de alimentos en cantidad, calidad y variedad adecuadas para satisfacer nuestras necesidades de energía y nutrientes. Sin una nutrición adecuada, los niños no pueden desarrollar su máximo potencial y los adultos tienen dificultad en mantenerlo o acrecentarlo.

12/04/2011

El hambre y el dolor van de la mano


No es difícil encontrar graves situaciones de angustias, desconsuelos y pobrezas en cualquier parte del mundo. El dolor se une al hambre, y las injusticias y los engaños van de la mano con la escasez. Nunca olvidemos que: Dios camina con el emigrante que, acorralado por las necesidades, se aventura en busca de mejores condiciones de vida; que Dios se hace presencia en todas esas situaciones absurdas de desprecio a la dignidad de la persona, y comparte con los pequeños su dolor. Y entonces el dolor, el hambre y la injusticia tienen otro sentido, porque están en manos del Señor que no quiere que nadie perezca sino que todos se salven. No, no es conformismo ni postergar soluciones amparándonos en un providencialismo para excusarnos de nuestros compromisos. Todo lo contrario, es asumir estas situaciones como no queridas por Dios, pero que claman respuestas y compromisos serios.
Debemos tener esperanza y compromiso. La base serán no las comodidades y las indiferencias, no será la apatía frente al hermano desamparado, ni el cerrar las cortinas para no contemplar las desgracias; se sustenta en la construcción de un espacio donde habite la justicia. No habrá verdadera felicidad mientras nuestros consuelos pasen por las injusticias; no encontraremos la fraternidad mientras reine la mentira; y no tendremos paz en el corazón mientras lo llenemos de egoísmo.

12/03/2011

El prójimo, más prójimo: el propio hermano.

Un problema real en algunas familias es la falta de amor entre los hermanos. El problema tiene muchas raíces y se produce por motivos distintos. En algunos casos, es debido a errores de los padres en la educación de sus hijos. En otros, a un problema surgido entre los mismos hermanos en un momento puntual de su desarrollo infantil o juvenil.
En otros, a conflictos que aparecen ya en la edad adulta: peleas por la herencia, puntos de vista opuestos respecto a la religión o la política, disconformidad por el piso o el trabajo escogido por el otro, etc. Cada situación merecería ser tratada de un modo específico. Quisiéramos ahora hacer una breve reflexión sobre la necesidad de suscitar, cuidar y acrecentar el amor entre los hermanos.
Un grave error en la vida familiar es suponer que por vivir en la misma casa y tener la misma sangre surgirá de modo espontáneo el afecto y cariño entre los hermanos. La realidad es que el amor se construye día a día, a base de educación, de renuncia al propio egoísmo, de apertura al otro, por medio de un trato que vaya más allá de los saludos habituales entre quienes viven bajo el mismo techo.
Los padres tienen una responsabilidad enorme en esta tarea. Desde que los niños son pequeños, buscan darles lo mejor y lograr que cada uno se sienta igual de amado que los otros. Este esfuerzo es un primer paso muy importante, pero hay que ir más allá: hay que conseguir que cada hijo aprecie, respete y ame a sus hermanos.
Desde el amor, los padres pueden ayudar mucho a que entre los hijos se promueva un clima de respeto. Es lícito que cada uno tenga su pequeño espacio de autonomía (donde las dimensiones de la casa lo permitan...). Pero es más importante educar a cada hijo a no encerrarse en su pequeño mundo y a abrirse a sus hermanos con el mismo cariño, o incluso superior, con el que se abren y tratan con sus amigos de escuela o de barrio.
Es muy hermoso, en ese sentido, ver cómo el padre o la madre se sientan junto a la hija de 10 años para explicarle que su hermano adolescente está pasando por una edad difícil, que necesita comprensión, que hay que respetar sus cosas, que hay que rezar por él. O que hablan con la hija universitaria para pedirle que nunca le grite al hermanito pequeño por el caos que provoca en casa, sino que más bien sepa buscar momentos para ayudarle en sus deberes, para enseñarle a ordenar las cosas en la habitación, para motivarle a participar en las mil tareas de casa.
La vida familiar implica continuos roces. La niña quiere poner la música a todo volumen mientras que el “niño” (ya tiene 15 años...) ha pedido silencio por las tardes para sacar sus problemas de matemáticas. O el hermano mayor no quiere saber nada de ayudar a limpiar platos, mientras la hermana que le sigue en edad considera eso una injusticia machista que debe desaparecer cuanto antes.
Que haya conflictos es lo más normal del mundo. Pero saber superarlos con paciencia y, sobre todo, con un respeto que nace del cariño y que va más allá de las simples reglas de justicia, lleva a restablecer en seguida los lazos que unen a los hermanos entre sí.
Habrá ocasiones en que antes de ir a misa los padres pedirán a sus hijos que si alguno tiene rencor o rabia hacia algún hermano, antes de ir al altar pida perdón y ofrezca su perdón. Sólo así tiene sentido pleno participar en la misa como familia verdaderamente cristiana.
Si en casa ha sido promovido el amor; si el amor ha sido preservado y custodiado, a veces también “curado”, a lo largo de los meses; si padres e hijos se sienten no sólo miembros de una misma familia, sino realmente amigos que se quieren y se ayudan...
Entonces este tesoro de cariño, necesita incrementarse con el tiempo. El paso de los años lleva, como consecuencia normal, a que cada hijo haga su propia vida. Escoge su carrera, busca un trabajo, empieza el noviazgo, llega al día de bodas, vuela del nido. Pero ese momento no debe convertirse en una despedida o una ruptura. Se trata más bien de un paso hacia la madurez, hacia la creación de una nueva familia, que no debe significar un perder el tesoro de cariño que existe entre los hermanos.
En el respeto a la autonomía normal de cada adulto, es muy hermoso interesarse por el hermano que tiene problemas en su trabajo, que no sabe cómo atender a un hijo nacido con una enfermedad peligrosa, que no alcanza a pagar la mensualidad para su piso... Las situaciones son infinitas, y los tipos de ayuda que se pueden ofrecer varían mucho de caso a caso. Es cierto que quien está necesitado no puede “abusar” de sus hermanos ni pedir continuamente dinero u otras ayudas. Pero también es cierto que existen muchas maneras de mostrar y vivir el cariño mutuo, especialmente cuando los problemas son más graves y uno necesita sentirse apoyado por quienes son de la misma sangre y, sobre todo, por quienes han aprendido a vivir unidos como “buenos hermanos”.
El amor entre los hermanos será, entonces, el mejor fruto de la siembra paterna, la mejor manera de vivir el amor hacia unos padres que supieron promover, que lo más importante es ese amor en el que cada uno deja de lado sus gustos para servir al prójimo más prójimo: el propio hermano.

12/02/2011

El agua es un bien escaso

Solo cuando el agua nos falta un solo día es para volver locos a todos. Normalmente la desperdiciamos, dejamos llaves abiertas, la contaminamos, como si el agua nunca se fuera a acabar, pero cuando empieza a faltar y tenemos que racionar cada gota nos llega la desesperación.
Son terribles las cuentas y predicciones que hacen los estudiosos a nivel mundial. Hablan de dos tercios de la humanidad que ya están sufriendo por falta de agua. Pero cuando la tenemos en nuestras manos pensamos que se encontrarán nuevas soluciones.
Junto con el agua dulce, que cada día es menos, la resequedad y la ausencia de una sensibilidad humana, agravan el problema y lo hacen de unas dimensiones que pueden llegar hasta la catástrofe. El agua se tornará en objeto de comercialización, de control y de guerra.
Nada se podrá entender, y nada podrá solucionarse, si en el interior de la persona sólo se encuentra el vacío, la ambición, el ansia de poder. Podrán disfrazarse las intenciones, se buscarán pretextos para la lucha, se recurrirá a las diferencias de los pueblos, pero siempre se tendrá que llegar al corazón de la persona para descubrir si tiene su verdadero manantial o si tiene que estarse surtiendo de exterioridades y apariencias.
Si caminando por las atestadas calles de nuestras ciudades, tratamos de descubrir qué hay detrás de los rostros herméticos de las personas que con prisas, preocupaciones y un desentendimiento de lo que sucede en el exterior, parecen dirigirse a un lugar seguro, no es difícil percibir una sensación de desencanto y frustración.
No es sólo la constatación de una crisis económica que no logramos solucionar, no es sólo la violencia que nos desestabiliza y nos hace sentir impotentes, va mucho más allá… crece el miedo social, la actitud defensiva y agresiva, la impotencia y el vacío. Es como si estuviéramos tocando fondo y quisiéramos refugiarnos detrás de una máscara o detrás de nuestras cuatro paredes. Pero aún allí nos llega la nostalgia, la náusea y el aburrimiento.
Los suicidios, las drogas, el alcohol, la ambición desordenada, la pornografía y los desenfrenos, no son sino expresiones de este vacío que se quisiera llenar con cosas exteriores, pero continúa el corazón agrietado y sediento en busca de verdad y de amor.
Quien tiene un manantial en su interior siempre desborda fecundidad e irradia amor. Ya no quiere a los hombres egoístamente para sí, es capaz de ofrecer una buena nueva y dirigir sus sentimientos a un nuevo amor. Ha entendido que la felicidad no se encuentra en la acumulación egoísta de posesiones para sí, sino en la construcción de la felicidad de los demás y contribuye a que descubran una nueva vida.
Hoy es día de compartir con los demás nuestra propia felicidad, la felicidad que hemos recibido. Y ¿por qué no? También comprometernos en el respeto, cuidado y conservación del agua, como una forma concreta de expresión de nuestro manantial interior.

12/01/2011

La solidaridad es necesaria

En nuestros días, la palabra solidaridad ha recuperado popularidad y es muy común escucharla en las más de las esferas sociales. Es una palabra indudablemente positiva, que revela un interés casi universal por el bien del prójimo. Podríamos imputar el resurgimiento casi global del sentir solidario, a la conciencia cada vez más generalizada de una realidad internacional conjunta, de un destino universal, de una unión más cercana entre todas las personas y todos los países, dentro del fenómeno mundial de la globalización.
Esta realidad ha sido casi tan criticada como aplaudida en todas sus manifestaciones. Buena o mala, la globalización es una realidad actual, verdadera y tangible. Creemos que una de las consecuencias favorables que nos ha ganado la globalización es, precisamente, una visión más conjunta del mundo entero; un sentido de solidaridad mayor entre los hombres.
De pronto, los niños en Ruanda no se sienten tan lejanos; los cañones de guerra en el Medio Oriente también aturden nuestros oídos; el terremoto en Japón sacude nuestra respiración. Desgraciadamente, esta conciencia de solidaridad universal suele reducirse a una buena intención, una aberración lejana y sentimental hacia las injusticias sociales, hacia la pobreza o el hambre. Y este sentimiento que arroja nuestras esperanzas hacia un país lejano, tal vez arranque de nosotros la capacidad de observar las necesidades de los seres humanos que lloran a nuestro lado todos los días.
Es por esto que la solidaridad debe ser desarrollada y promovida en todos sus ámbitos y en cada una de sus escalas. La solidaridad debe mirar tanto por el prójimo más cercano como por el hermano más distante, puesto que todos formamos parte de la misma realidad de la naturaleza humana en la tierra. La solidaridad es una palabra de unión.
Es la señal inequívoca de que todos los hombres, de cualquier condición, se dan cuenta de que no están solos, y de que no pueden vivir solos, porque el hombre, como es, social por naturaleza, no puede prescindir de sus iguales; no puede alejarse de las personas e intentar desarrollar sus capacidades de manera independiente. La solidaridad, por tanto, se desprende de la naturaleza misma de la persona humana.
¿Qué significa ser solidarios? Significa compartir la carga de los demás. Ningún hombre es una isla. Estamos unidos, incluso cuando no somos conscientes de esa unidad. Nos une el paisaje, nos unen la carne y la sangre, nos unen el trabajo y la lengua que hablamos. Sin embargo, no siempre nos damos cuenta de esos vínculos. Cuando nace la solidaridad se despierta la conciencia, y aparecen entonces el lenguaje y la palabra.
En ese instante sale a la luz todo lo que antes estaba escondido. Lo que nos une se hace visible para todos. Y entonces el hombre carga sus espaldas con el peso del otro. La solidaridad habla, llama, grita, afronta el sacrificio. Entonces la carga del prójimo se hace a menudo más grande que la nuestra. Sólo aquél que no sepa observar la natural sociabilidad del hombre podrá negar, equivocadamente, la necesidad natural de la solidaridad.

Ayuda a los demás a ser feliz

Un sabio, al ver la sencillez y la pureza de un niño, le dijo: "A ti te enseñaré los secretos para ser feliz". Ven conmigo y presta mucha atención.
Mis secretos los tengo guardados en dos cofres, y éstos son: MI MENTE Y MI CORAZÓN, y consisten en una serie de pasos que deberás seguir a lo largo de tu vida.
El primer paso, es saber que existe la presencia de DIOS en todas las cosas de la vida y por lo tanto, debes amarlo y darle gracias por todas las cosas que tienes.
El segundo paso, es que debes quererte a ti mismo y todos los días al levantarte y al acostarte, debes afirmar: Yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mí, tengo la capacidad de vencer todos los obstáculos que se me presenten.
El tercer paso, es que debes poner en práctica todo lo que dices que eres. Es decir, si piensas que eres inteligente actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño; si piensas que puedes vencer los obstáculos, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas.
El cuarto paso, es que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es. Ellos alcanzaron su META, logra tú las tuyas.
El quinto paso, es que no debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie; ese sentimiento no te deja ser feliz; deja que las leyes de DIOS hagan justicia, y tú PERDONA y OLVIDA.
El sexto paso, es que no debes tomar las cosas que no te PERTENECEN. Recuerda que mañana te quitaran algo de más valor. El séptimo paso, es que no debes maltratar a nadie. Todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos RESPETE y se nos QUIERA.
Y por último, levántate siempre con una SONRISA en los labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bonito; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; AYUDA a los demás, sin pensar que vas a recibir nada a cambio; mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para ser triunfadores y que de esta manera, puedan ser felices.

Liberémonos del egoismo

Nuestras mejores acciones quedan de ordinario manchadas e infectadas a causa de las malas inclinaciones que hay en nosotros. Cuando se vierte agua limpia y clara en una vasija que huele mal o vino en una garrafa maleada por otro vino, el agua clara y el buen vino se dañan y toman fácilmente el mal olor.
Y nuestras acciones, aún las inspiradas por las virtudes más sublimes, se resisten de ello. Es por tanto, de suma importancia para alcanzar la perfección liberarnos de lo malo que hay en nosotros. Somos, por naturaleza, más soberbios que los pavos reales, más apegados a la tierra que los sapos, , más envidiosos que las serpientes, más glotones que los cerdos, más coléricos que los tigres, más perezosos que las tortugas, más débiles que las cañas y más inconstantes que las veletas.
En el fondo no tenemos sino la nada. Debemos morir todos los días a nuestro egoísmo, es decir, renunciar a las operaciones de las potencias del alma y de los sentidos, ver como si no viéramos, oír como si no oyéramos, servirnos de las cosas de este mundo como si no nos sirviéramos de ellas. "Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo y no produce fruto"...
Si no morimos a nosotros mismos y si nuestras devociones no nos llevan a esta muerte necesaria y fecunda, no produciremos fruto que valga la pena y nuestras devociones serán inútiles; todas nuestras obras de virtud quedarán manchadas por el egoísmo y la voluntad propia. A la hora de la muerte nos encontraremos con las manos vacías de virtudes y méritos.
Porque no hay que creer que es oro todo lo que reluce, ni miel todo lo dulce, ni el camino más fácil y lo que practica la mayoría es lo más eficaz para la salvación.
Así como hay secretos naturales para hacer en poco tiempo, pocos gastos y ciertas operaciones naturales, también hay secretos en el orden de la gracia para realizar en poco tiempo, con dulzura y facilidad, operaciones sobrenaturales, liberarnos del egoísmo, llenarnos de Dios y hacernos perfecto.