1/29/2012

La vida, un canto de amor

Toda la vida en su plenitud debería ser un canto al amor.


Hace algunos días, un amigo, de esas personas con alma de artista y corazón de niño, me hizo observar una flor con todo detenimiento: su tallo con cada trozo en diferente textura y forma; las hojas con sus tonos de verdes y sus ramificaciones, los pétalos, el pistilo… Tantas veces pasaba yo junto a aquella flor y nunca la había contemplado con tanto detalle, mientras él pasa horas y horas observando, pensando y buscando descubrir nuevas sorpresas. Para él cada hojita es un mapa del universo… contemplada así una flor es una maravilla. No importa su grandeza, no importa lo apreciada o sus costos, cada flor es una maravilla… y está ahí para que nosotros la contemplemos y demos gracias a la naturaleza que las creo.


No hay música más bella que el crecimiento de una planta, ni silencio más fecundo que la vida interior. ¿Por qué no contemplamos una planta con todo detenimiento? ¿Por qué no nos extasiamos en la grandiosa pequeñez de la vida diaria?

Miremos a esa persona que a diario sonríe y se levanta para dar nueva esperanza a los que la rodean; contemplemos la vigorosa explosión de alegría de aquel joven que sueña con cambiar el mundo, observemos al anciano que musita recuerdos y oraciones en busca de una paz verdadera…




No hay comentarios: