1/02/2012

El injusto reparto de los panes......

El sistema neoliberal globalizado con sus leyes del Mercado y de lucro está ocasionando la muerte de personas, que viven en la miseria y no tienen lo necesario para poder vivir dignamente por estar excluidos de los bienes del progreso. Hay gente que no sabe si mañana encontrará qué comer, o si se quedará sin techo, o cómo hará para sobrevivir si se enferma o sufre un accidente; si mañana perderá el empleo, o si será obligada a trabajar el doble a cambio de la mitad, o si su jubilación será devorada por los lobos de la bolsa o por los ratones de la inflación.
Existen ciudadanos que no saben si mañana serán asaltados a la vuelta de la esquina, o si les desvalijarán la casa, o si algún desesperado les meterá un cuchillo en el estómago; existen campesinos que no saben si mañana tendrán tierra que trabajar y pescadores que no saben si encontrarán ríos o mares no envenenados todavía. Hay personas y países que no saben cómo harán mañana para pagar sus deudas multiplicadas por la usura.
Hasta hace veinte o treinta años, la pobreza-miseria que trae hambre, se consideraba fruto de la injusticia. Ahora la pobreza, según la lógica del Mercado, es el justo castigo que la ineficiencia merece, o un modo de expresión del orden natural de las cosas, o el sacrificio que supone el progreso concentrador y consumista hegemonizado por unos cuantos privilegiados. El hambre puede merecer ahora lástima, pero ya no provoca indignación: hay pobres por la ley del mercado o la fatalidad del destino.
Los medios de comunicación, que muestran la actualidad del mundo como un espectáculo fugaz, ajeno a la realidad y vacío de memoria, bendicen y ayudan a perpetuar la organización de la desigualdad creciente. Nunca el mundo ha sido tan injusto en el reparto de los panes, pero el sistema que rige, y que ahora se llama pudorosamente economía de Mercado, se sumerge cada día más en un baño de impunidad. El Mercado siembra miedo. Y el miedo crea clima de pasividad y entrega incondicional a las políticas de los gobiernos.
El Mercado predica la libertad, pero crea monopolios y somete a las leyes de la oferta y la demanda. La riqueza se concentra en manos de pocos, en nombre de la seguridad universal. ¿Y de qué seguridad se trata, si la gente vive en total incertidumbre, y ni siquiera se tiene la seguridad de existir?
Vivimos actualmente uno de los momentos más dramáticos de la humanidad: la crisis financiera, que está poniendo en evidencia la ineficiencia del sistema de economía de Mercado, que afecta a los capitales de los países ricos, pero que tiene repercusiones graves en las economías de los países pobres; y la crisis alimentaria que afecta directamente a la vida digna de millones en el planeta.


LA PROPUESTA ES: EL COMPARTIR. La lógica del compartir contradice la lógica del acumular.

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