2/09/2012

Las desigualdades siguen creciendo

Nuestro único enemigo debe ser: La pobreza y el desempleo Al parecer, el problema no tiene solución. Se trata de los dos vicios más grandes de nuestros tiempos, “Los dos vicios más resaltantes del mundo económico en el que vivimos son, primero, el pleno empleo que no se encuentra asegurado y; segundo, la repartición de la riqueza y de las remuneraciones que es arbitraria y sin equidad.”

¡La riqueza combinada de 225 personas iguala a los ingresos anuales de casi la mitad de la población mundial! Paralelamente a esta vergüenza, otra más. “En el Tercer Mundo, cada tres segundos, un niño muere de hambre.” “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad.”

¿Estos dos males de sociedad no tienen solución?
En tiempos de crisis, los jefes de Estado se dedican a “salvar la economía” que no es otra cosa que salvar a los grandes accionistas de las empresas. Precisamente a aquellos que, en sus “excesos”, generan dichas crisis. Y los remedios son los mismos. “Un número creciente de empleadores, con la esperanza de evitar o limitar los despidos, están introduciendo semanas de cuatro días de trabajo, vacaciones no pagadas y permisos voluntarios o forzados, junto con el congelamiento de salarios, recortes en la pensión y horarios de trabajo flexible,”

En definitiva, salvar la economía es ajustar aún más los ingresos de los trabajadores para que los accionistas sigan acumulando ganancias. En tiempos de bonanza, los jefes de Estado se dedican a alabar las “proezas” de los empresarios con la consabida frase: “¡La economía va muy bien!” Es decir, los accionistas van muy bien. ¿Y los trabajadores, aquellos precisamente que crean las riquezas? Son ellos precisamente los que, ante tales frases de elogio, se lanzan entusiastamente a aplaudir.

¡Que la economía continúe creciendo! piensan los pobladores. Porque por ese camino, el maldito desempleo desaparecerá y con él, la pobreza que nos corroe todos los días. Los medios de comunicación y los intelectuales de cada país no hacen más que seguir la música. Algunos transmiten el mensaje con mucho ardor mientras que otros, completamente perplejos, no hacen más que aceptar lo que se muestra como un hecho imparable: la economía va muy bien, ¿por qué entonces criticar la acción gubernamental? Y sin embargo, los años pasan y el desempleo y la pobreza continúa destruyendo nuestras esperanzas.

Las personas sienten cotidianamente que las desigualdades crecen, el desaliento de la población aumenta, a tal punto que la mayoría no tiene ningún interés en participar en los juegos electorales, porque cada vez son engañados con promesas que nunca se cumplen. La juventud hace sentir sus protestas en mil y una formas. Ellos no creen más en el futuro. A todos ellos ya solo el presente les interesa. Los científicos de la teoría económica, en lugar de ubicar las causas del mal, se han orientado a resolver los problemas de los que tienen más para que tengan más, sin importarles de aquellos que, cada día, tienen menos y viven mal.

¿Qué hacer entonces? De lo que se trata, en resumen, es de dar respuesta a las preguntas: ¿es posible eliminar la pobreza y el desempleo? ¿Es posible desarrollar una economía que brinde igualdad de oportunidades a todos? ¿El bienestar general es compatible con el desarrollo individual?

No hay comentarios: