12/31/2011

¿Que pasa en el corazón del Hombre?

Así, mientras unos sufren y se desgarran, otros se hartan de fiesta y de ruido con pretexto de las fiestas de Navidad y Año Nuevo… Olvidado por unos y despreciado por otros queda el Belén con su propuesta de vida, su ofrecimiento de reconciliación y el único camino que nos conducirá a la verdadera paz. La imagen de Belén trae nuevas esperanzas y oportunidades para la construcción de un nuevo mundo posible.
Uno a uno se ha ido deshojando los días del calendario. Uno a uno los hemos gastado y desgastado hasta terminar en recuerdos, dolores y alegrías. ¿Qué nos deja el año que se va? He escuchado voces que pedían ya terminara como si el cambio de calendario pudiera traer cosas diferentes. He escuchado a otros que quisieran detener el tiempo por el temor a lo desconocido y a las cosas que vendrán. ¿Qué me deja el año que termina? Miro hacia atrás y contemplo la sucesión de los días como en un torbellino y me detengo a revisar qué viví como importante, qué me ha dejado huecos y vacíos, cuántas cosas pude hacer que me trajeron alegría, cuántas cosas se quedaron en el baúl de los deseos y de las buenas intenciones…
Hubo momentos de soledad, de dolor y sufrimiento, es cierto; pero también hubo momentos de comprensión, de cariño, de trabajo, de éxitos y de alegrías… Es la vida vivida a plenitud, es la vida que se nos regala. Me duelen las ausencias de los seres queridos que se han ido y me han dejado recuerdos llenos de nostalgia y vacíos imposibles de llenar; me duelen las enfermedades propias y ajenas que prueban nuestra fe y nuestra fortaleza, que minan nuestras seguridades y que nos hacen comprender lo frágiles que somos. Me duele la violencia, el hambre, la muerte y la corrupción.
Hoy al inicio del año comprometámonos en serio en la construcción de un mundo sin violencia. Revisemos nuestros espacios y desterremos toda violencia familiar, institucional y discriminatoria.

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