6/29/2011

Expresar los sentimientos de culpa alivia

El mundo atraviesa por unas situaciones sociales que van clarificándose cada vez más y que nos conducirán en la próxima década por caminos tortuosos y difíciles. Nuestro planeta atraviesa una época donde prima la tecnología como generadoras de las transformaciones sociales pacíficas. Estas han sido la causa de los desequilibrios ecológicos que, son una amenaza para la sostenibilidad de la vida misma en el planeta.

Muchas veces nos castigamos por cosas de las que ni siquiera somos responsables ¿Os atreveríais a culpar a alguien porque su matrimonio no funcionó bien o porque un hijo es problemático? Aunque la respuesta parezca sencilla hoy en día hay miles y miles de personas en el mundo, sobre todo mujeres, que se sienten culpables por estos dos motivos. Una cosa es sentirse culpable y otra castigarse de por vida

No podemos satisfacer las expectativas de todo el mundo porque simplemente son distintas. Además piensa que no actuar como alguien quisiera no quiere decir que no le queramos ni que le defraudemos. Tras la culpa tiene que venir la superación. Caer en la desesperación es una reacción errónea que solo sirve para desalentarnos y que nos hace pasivos. Es importante que comprendas que la culpa te puede auto limitar.

• Expresar los sentimientos de culpa alivia. Es un buen modo de conectar con la realidad y buscar soluciones. Si solo lo piensas pero no lo dices, siempre tenderás a magnificar lo ocurrido, independientemente de cuáles hayan sido las consecuencias de tus acciones o pensamientos. No puedes agradar a todo el mundo. Existen tantos códigos morales como personas en la tierra, cada código se origina con la propia experiencia

Cualquier cosa es un camino entre cantidades de caminos. Por eso siempre debes tener presente que un camino es sólo un camino; si sientes que no debes seguirlo, no debes seguir en él bajo ninguna condición. Para tener esa claridad debes tener una vida disciplinada. Sólo entonces sabrás que un camino es nada más que un camino y no hay afrenta, ni para ti ni para otros, en dejarlo si es eso lo que tu corazón te dice

• Mira cada camino de cerca. Pruébalo tantas veces como consideres necesario. Luego hazte a ti mismo, y a ti solo, una pregunta. Te diré cuál es: ¿tiene corazón ese camino?. Todos los caminos son lo mismo: no lleva a ninguna parte. Son caminos que van por el matorral. ¿Tiene corazón ese camino? Si tiene, el camino es bueno; si no, de nada sirve. Ningún camino lleva a ninguna parte pero uno tiene corazón y el otro no.

• Te pido, Señor, que me des un corazón sensible, entrañas de misericordia, capacidad para no cerrar los ojos ante todo eso que ocurre. Todos esos rostros que me hablan de vidas en permanente crisis. Porque falta la paz, el pan, la educación, el acceso a la salud. Vidas en permanente tensión cuando se vive desde enfrentamientos estériles, rencores. Vidas en permanente zozobra cuando calla el amor y habla el egoísmo.

Muchas veces no sé la respuesta, pero quizás no importa mucho, que en esos momentos no me dejes rendirme. Que no me dejes tampoco dramatizar demasiado. Que me ayudes a sonreír un poco ante mis angustias. Que me enseñes a fiarme, de Ti y de otros. Sinceramente, también hay motivos que no dependen de mí, y, sin embargo, son tan reales… Las noticias que,se me han vuelto lejanas. Pero, cuando las pienso, estremecen

• ¿Qué se oculta tras nuestros semblantes, a veces indescifrables? ¿Por qué hoy me he levantado con mal pie? ¿Por qué a veces pesa todo? ¿Por qué hay días en que los minutos se hacen eternos? ¿Por qué en ocasiones me siento solo, aun rodeado de gente? ¿Por qué muerde la duda, o la nostalgia? ¿Por qué a veces me siento incomunicado? ¿Por qué cuesta tanto pedir ayuda? ¿Por qué, a veces, no me aguanto ni a mí mismo?
¡¡¡Queremos motivos para la alegría, para la sonrisa!!! Pero es que a veces la vida nos da razones para la pena, el llanto, el desconsuelo. Y sería un error echar a correr demasiado pronto en pos de un bienestar reconquistado. A veces, lo humano, es aceptar nuestra porción de desierto. Saldremos de las sombras, se disiparán las tormentas, volverá a brillar el sol, pero toca asumir que, a veces, la vida duele un poco.


• La razón fundamental del cristiano, lo que lo mueve, el estilo propio de su conducta es el amor. Podríamos aducir muchas otras motivaciones, muchas implicaciones, pero si en la base no está el amor, es mentira que seamos cristianos. Quizás hemos perdido mucho tiempo en busca de disciplina, doctrina u organización y hemos descuidado lo fundamental: el amor a Cristo y a los hermanos. Es su mandamiento fundamental.

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