6/21/2011

Hay quienes poseen poco y lo dan todo

• La fuerza más poderosa que conduce a los niños al trabajo peligroso y agotador es la explotación de la pobreza. Los progenitores de los niños están, a menudo desempleados y desesperado por conseguir un empleo. Sin embargo, no son ellos sino sus hijos quienes reciben las ofertas de trabajo. Los niños tienen un empleo porque son más fáciles de explotar. Los niños pobres son los que pueden ser explotados ,los ricos NO

• En el Tercer Mundo sigue funcionando de una forma alarmante la explotación infantil en el trabajo, algo que entre todos deberíamos atajar. Las largas jornadas y las penosas condiciones en que estos niños realizan su trabajo impiden su acceso a la educación, los agota física e intelectualmente y, al mismo tiempo, provocan en esos países graves efectos socioeconómicos, como el aumento del desempleo en la población activa

• La generosidad es una virtud que nos eleva y nos pone en sintonía. Esto nos permite situarnos en el lugar del otro y comprender en un instante, el regalo indicado para la persona indicada en el momento preciso. El volverse generoso contribuye al natural fluir de los dones del universo a través de cada uno. La generosidad es un estado de la mente. Tu modo de ver el mundo es el mejor regalo que puedes disfrutar y compartir

• “¡Ven, Espíritu Santo, Padre de los pobres!” porque los desheredados se sienten huérfanos y perdidos, porque por un mendrugo de pan quieren comprar sus conciencias, porque tienen que vender cuerpo y alma para poder subsistir, porque se sienten engañados y olvidados. Renueva sus ilusiones y alienta sus deseos, muéstrales que es posible construir el Reino que inspiraste a Jesús y que hoy tenemos que hacer realidad.

“¡Ven, Espíritu Santo!”, porque las fronteras, las discriminaciones y las diferencias han dividido a los pueblos. Los hombres ya no se llaman hermanos y se miran como rivales y enemigos. Reúnenos en un solo pueblo donde se superen las divisiones. Que sea posible entendernos a pesar de nuestras discrepancias. Amarnos a pesar de nuestras diferencias, caprichos y egoísmos. respetar a personas con derechos y dignidad.

• “¡Ven, Espíritu Santo, bálsamo y consuelo!” porque los hombres y las mujeres viven en tristeza y en dolor, han perdido la alegría. Que tu fuego encienda nuestro entusiasmo y que lejos de apagarse el deseo de vivir, se renueve y brote con energía. Que queme las ingentes montañas de ambición que aplastan y ahogan nuestras ilusiones. Que transforme el pesimismo y la angustia, en búsqueda de soluciones y participación.

• Los discípulos han perdido la esperanza y necesitan nuevas ilusiones para superar todos sus miedos. El llanto se escucha en nuestros hogares, hay jóvenes perdidos y sin ilusión. Ven, despierta nuestra esperanza, alienta nuestros pobres intentos. Queremos ser una Iglesia viva y atenta a los gemidos inenarrables con los que te expresas en todos los hombres y en todas las mujeres. Ven, que queremos descubrir tu fuerza.

• La explotación sexual infantil es algo tan horrible que pone los pelos de punta, pero para el que ningún Gobierno del mundo parece tener la solución. Los malos tratos, la explotación sexual infantil y la esclavitud a la que están sometidos miles de niños en el mundo son algunos de los graves problemas que afectan a la infancia. La principal es la pobreza absoluta, la malnutrición, las carencias de la falta de educación.

• Cada día podemos ser generosos en acciones pequeñas. Su práctica va abriendo el corazón poco a poco, y descubrimos que nunca hay pérdida. En cambio nos fortalecemos y podemos superar el temor de ser vulnerables. Practicar la generosidad ejercita al corazón: cuanto más se da, mas se fortalece. Cada uno tiene algo para dar. Dinero, talento, tiempo o una simple oración.

• Hay quienes poseen poco y lo dan todo. Estos son los que creen en la vida y en su generosidad, y su cofre jamás se verá vacío. La generosidad caracteriza al corazón noble y compasivo. Más allá del acto caritativo, implica el desarrollo de una cierta sensibilidad, o compasión, que nos vuelve dispuestos a dar nuestra posesión más preciada, que somos nosotros mismos. Y siempre estamos listos para dar lo que sea necesario

• Ser feliz depende sólo de uno mismo. Tal vez hubiera que matizar que nuestro concepto de felicidad viene determinado por lo que las leyes del marketing nos impongan. Es por eso que hay quien cree que para ser feliz hay que tener una casa enorme, un gran automóvil, una cuenta corriente repleta. Y no es eso. Ni tampoco por comer tal o cual marca, ni por vestir la marca más selecta del mercado se es más feliz.

No hay comentarios: